Historia

Didymosphenia geminata (Lyngbye) M. Schmidt 1899, es una diatomea unicelular bentónica, endémica de Hemisferio Norte, que fue descrita por primera vez en las islas Faroe (Dinamarca) en 1819, y denominada como Gomphonema geminatum (Whitton et al., 2009). Posteriormente fue identificada en varios países boreales como Finlandia, Islandia, Noruega, Suecia y diversos países de Europa Oriental, China, Japón, Estados Unidos y Canadá. En estos dos últimos países incluso, ha sido registrada en sedimentos fósiles de Lagos (Pite et al., 2009). Habita aguas continentales, en sistemas lóticos (ríos) en general y excepcionalmente en aguas lénticas (lagos). Es conocida por generar enormes proliferaciones, denominadas comúnmente como “Didymo” o “Moco de Roca”, que pueden cubrir de orilla a orilla todo el sustrato de los ríos, generando alfombras o biofilms de decenas de kilómetros de largo. Esto ocurre bajo condiciones que usualmente denominaríamos de stress para otras especies invasivas. Bajo estas particulares condiciones, las células de Didymo secretan grandes cantidades de una sustancia con apariencia de moco (tallo o pedúnculo de polisacárido mucilaginoso), que se adhiere firmemente a las superficies de los ríos; estas colonias jóvenes parecen partículas proyectadas en las superficies de las rocas del río, pero a medida que el mucílago se alarga para formar tallos, las colonias forman capas impenetrables que son generadas por sus gruesos filamentos y pueden cubrir con un espesor a veces superior a 20 cm, hasta el 100% de los sustratos de los ambientes acuáticos, incluyendo rocas, plantas, troncos, sedimentos arcillosos y escombros. No es una especie tóxica, por ende, su mayor impacto es paisajístico, estético y posiblemente ecológico. Aunque nativa del Hemisferio Norte, recientemente, las floraciones nocivas de Didymo afectan de manera creciente los ecosistemas fluviales tanto de Europa continental como en Estados Unidos y Canadá. A mediados de la década de 1980 comenzaron a aparecer crecimientos masivos de esta alga en el noroeste de Norteamérica. Actualmente se han detectado ríos afectados en más de veinte estados en EE.UU. y el Sur de Canadá. Sin embargo, el país más afectado a la fecha ha sido Nueva Zelanda, donde esta diatomea fue introducida y detectada en el año 2004 (Kilroy, 2004; Kilroy et al., 2005). Ese mismo año, D. geminata fue declarada especie invasora, habiendo proliferado en la mayor parte de los cauces fluviales de la Isla Sur. Así mismo, se han descubierto infestaciones de Didymo en Europa (Islandia, Noruega, Sur de Polonia, Norte de Italia y Norte de España, Skulberg & Lillehammer, 1984; Jonsson et al., 2000; Kawecka & Sanecki 2003; Beltrami et al., 2007). La progresiva frecuencia de los informes sobre los crecimientos y asentamiento de D. geminata en distintas ubicaciones globales, ha llevado a que se declare como una plaga en algunos países tales como Australia (2002), España (2008), Estados Unidos (2009), Francia (2007) entre otros (Blanco & Ector, 2009).

D. geminata fue documentada por primera vez en Chile el año 1962 en el lago Sarmiento y el río Cisnes (Asprey et al., 1964; Rivera, 1983), antecedente que resulta muy cuestionable, particularmente ante el no registro de la especie en sedimentos obtenidos desde el fondo del lago Sarmiento (Carolina Díaz, datos no publicados). Posterior a esto, no hubo observación de la especie hasta mayo del 2010 en la Subcuenca Futaleufú, siendo éste además el primer registro masivo de D. geminata en América del Sur (Reid & Torres, 2013). Esto provocó que la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura mediante Resolución Ex N°3064/2010 declarara plaga de D. geminata en sectores de la Subcuenca Futaleufú (Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, 2010), a fin de poder destinar más recursos para realizar estudios y establecer medidas que permitan evitar su dispersión. Desde entonces, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (SUBPESCA) y el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (SERNAPESCA) han invertido esfuerzos y recursos en la realización de proyectos para la prospección y monitoreo de la plaga, generando campañas de difusión a nivel nacional, manuales de bioseguridad (Díaz et al., 2012) e instalando puntos de desinfección en pasos fronterizos del sur del país. Pese a todos los esfuerzos antes mencionados, en marzo de 2013, el Centro de Estudios del Cuaternario de Fuego-Patagonia y Antártica (Fundación CEQUA), en el marco del proyecto FIC- R 2012, código BIP 30127729-0 “Control Magallanes sin Didymo: monitoreo de ríos y lagos” alertó de la presencia positiva de la plaga Didymo en el río Grande de Tierra del Fuego, siendo éste a la fecha, el registro más austral de la plaga a nivel mundial. Actualmente, los estudios realizados por AMAKAIK y CEQUA, dan cuenta que la especie se encuentra distribuida en  el país de manera intermitente, desde el sector alto del Río Bío-Bío (VIII Región), hasta Río Grande, en Tierra del Fuego (XII región). Diversos estudios discuten las posibles consecuencias de esta plaga de difícil erradicación, entre las que se encuentran alteraciones físico-químicas, hidráulicas (Larned et a.,l 2011) y numerosos problemas ambientales asociados con la fauna acuática, observándose por ejemplo, disminución de las poblaciones de macroinvertebrados bentónicos (no obstante hay evidencia de lo contrario, donde aumenta la densidad, diversidad y hay homogeneización de las comunidades bentónicas de macroinvertebrados, o el cambio de dominancia de una familia a otra, Gillis & Chalifour 2010; James, et al., 2010; Rivera et al., 2013), modificando la estructura del hábitat y la cadena trófica (Cullis et al., 2012; Gillis & Chalifour, 2010). Este impacto de D. geminata sobre la salud de los ecosistemas, y por lo tanto, sobre la sustentabilidad ambiental de la cuenca, tendría implicancias ecológicas, económicas, sociales y estéticas (Branson, 2006; Campbell, 2005; Cullis et al., 2012; Kilroy et al., 2005; Kilroy, 2005; Kilroy & Dale, 2006; Kilroy et al., 2009; Reid & Torres,2013).

La literatura científica disponible señala que esta diatomea prefiere hábitats de aguas frías y oligotróficas (Krammer & Lange-Bertalot, 1986; Kawecka & Sanecki, 2003), sin embargo, estudios en distintas regiones afectadas han identificado un aumento en su distribución a una variedad de ambientes nuevos (Spaulding & Elwell, 2007), llegando a registrarse proliferaciones en aguas con altas concentraciones de amonio, alta y baja proporción N/Pi, alto nivel de residuos agrícolas, industriales y urbanos(aunque también existen registros de la preferencia del alga por sistemas libres de residuos antrópicos y bajas concentraciones de nutrientes), llegando a proponerse como clave para su presencia la proporción de P-PO4 org./P-PO4 inorgánico (Bothwell & Kilroy, 2011; Bothwell et al. 2014; Kawecka & Sanecki, 2003; Kilroy & Dale., 2006; Lagerstedt, 2007; Sundareshwar et al., 2011; Whitton et al.,2009). El pH al que se han registrado floraciones de Didymo se restringe a ríos con aguas circumneutrales (Dufford et al., 1987; Skulberg, 1982), mientras que, respecto de los metales, el hierro en bajas concentraciones parece ser un factor importante para su proliferación (Kilroy, 2004; Sundareshwar et al., 2011; James et al., 2014).

Respecto de los factores físicos que han sido asociados al desarrollo de Didymo se encuentran: velocidad de flujo moderada, canales de ríos anchos, caudales no muy altos y estabilidad de sustrato, alcanzando un óptimo crecimiento sobre rocas y bolones, además de aguas no muy profundas con transparencia y poca cobertura de bosques, que permita una alta luminosidad (Kilroy, 2004; Kilroy et al., 2005; Kilroy et al., 2006; Kilroy & Bothwell, 2012; Lagerstedt, 2007; Larned et al., 2011; James et al., 2014). Todas las condiciones físicas mencionadas anteriormente son características bastante comunes de los ríos chilenos, y muestran que la región de Magallanes y toda la Patagonia chileno-argentina está en severo riesgo de la invasión y establecimiento de Didymo, si no se implementan medidas de monitoreo, prevención, desinfección, manejo territorial y de difusión de la problemática. 

El año 2010, el Centro de Estudios del Cuaternario Fuego Patagonia - Fundación CEQUA, preocupado por el desarrollo regional y dada la inexistencia de una línea base de las variables ambientales más significativas de los cuerpos de agua de nuestra región, elaboró y presentó una propuesta al Fondo de Innovación y Competitividad Regional (FIC-r 2010) denominada “Investigación de la Plaga Moco de Roca en Magallanes”.

Posteriormente, el proyecto fue adjudicado y puesto en marcha en 2011, culminando a fines del año siguiente con resultados satisfactorios y prometedores para la región. Con la exitosa labor del programa, se inspeccionaron 52 cuerpos de agua de interés turístico y recreativo, descartando totalmente la presencia de la microalga invasora Didymo en la región. 

Siguiendo la misma línea de investigación a finales del año 2012, nuevamente CEQUA se adjudica un proyecto FIC-r de la misma temática, con la iniciativa “Control Magallanes sin Didymo: Monitoreo de ríos y lagos” donde, esta vez, aumentaron a 77 los cuerpos de agua visitados y detectándose desafortunadamente durante el mes de marzo del 2013, la presencia de la microalga invasora en la cuenca del río Grande y posteriormente, en el río Blanco, siendo ésta la primera detección positiva de Didymo para la región. 

A mediados de 2014, esta iniciativa finaliza con resultados muy favorables y enriquecedores. Debido a la preocupación regional por la presencia de Didymo en la región, es que del Fondo de Desarrollo Magallanes (FONDEMA) en conjunto con la Subsecretaria de Pesca y Acuicultura, generan el Programa Didymo Magallanes, que nace como una iniciativa que busca mantener la sustentabilidad  productiva y recreativa de los ríos y lagos de la región, basado en la investigación, difusión y concientización acerca de los impactos que produce el Didymo sobre estos ecosistemas dulceacuícolas.